De regreso.

Hace años comencé a escribir este blog pero después de tener a mi primer hijo decidí cerrarlo.
Obviamente las experiencias y las prioridades cambian, hoy me enfrento nuevamente ante la idea de volver a escribir.
Para aquellos que me leyeron (hace algunos años) este blog retoma la idea inicial, hablar de experiencias propias, de ideas (sufrimientos).
Comenzaré por contarles que después de vivir una temporada en el d.f , una bella temporada, conocí a muchas personas valiosas, otras no tanto, que llenaron mi corazón y a las cuales aún atesoro aunque sea por llamadas.
Entré al mundo de la repostería, estudié un diplomado, entré a un concurso de chocolatería, viví mi momento de iron chef y salimos en una revista.
No les niego que añoro mucho...muchísimo vivir en la capital pero bueno, las cosas no se dieron de ese modo.
Decidimos regresar a nuestra provincia, en donde al principio todo parecía tan gris y triste, para tener a nuestro segundo hijo.
Las cosas se complicaron bastante en esa temporada no solo por el hecho de haber dado a luz prematuramente a mi bebé y que ambos casi perdiéramos la vida, sino porque eso implica infinitos reproches personales y culpas.
Durante ese periodo conocimos a varios papás que pasaban por una situación similar a la nuestra. Incluso después de que salimos de UCIN tuvimos la fortuna de encontrarnos con otros papás, y digo tuvimos la fortuna porque algunas veces los bebés no lograban salir de ahí.
La parte crítica de estar varias veces internados fue el irte y no saber si al día siguiente tu bebé seguiría vivo.
Vi a 2 bebés partir y el corazón se me resquebrajaba cada vez que recibía una noticia similar.
Nuestra vida con el nuevo bebé no fue sencilla, al menos no los primeros  4 meses cuando recibimos una de las peores noticias, debido a su prematures necesitaba una cirugía importante.
¿Te imaginas que tu bebé entre a quirófano? ¡no! es toda una desgracia pero cuando estuvo completamente grave rogábamos que lo operaran.
Entregarlo en el quirófano sabiendo lo riesgoso que esto era fue en verdad devastador. Sin embargo tuve un deja vu, ya había estado ahí y todo salía bien. Y así fue.
Mi hijo es todo un héroe, sobrevivió lo más difícil y nunca perdió la sonrisa, los doctores estaban sorprendidos por sus progresos y que no haya tenido secuelas. Lo admiro.

Mi negocio de pasteles se fue al caño (aunque no pierdo la esperanza de volver), todo tuvo que cambiar y empecé a escribir libros.
No puedo decir que soy famosa pero sí que me sorprendió que me leyeran. Ahora tengo una serie de libros que están a la venta en Amazon y en otras tiendas electrónicas como apple store, Kobol etc.
Y comprendí que el éxito es relativo. Sin embargo creo que a pesar de ser una completa extraña no me va tan mal. Es decir, a cuántas desconocidos les piratean sus libros ¿cierto?
No es algo que me agrade del todo pero supongo que me da reconocimiento. El camino es largo y lleno de obstáculos en especial porque al tener 2 hijos, el tiempo que le dedico a mi carrera es limitado.
En un día preparo la comida, ordeno la casa, organizo otro negocio y cuando veo el reloj ya es hora de ir por ellos a la escuela.
Las tardes son intocables, entre las tareas, los gritos y peleas de ambos todo se vuelve un caos para dar paso a la noche, preparar la cena y después lidiar nuevamente con sus nulas ganas por dormir.
Y finalmente, cuando todo esta en aparente orden, comienzo a escribir.
Algunas veces mis fans, a quienes agradezco infinitamente me lean, me presionan o me critican por no sacar los libros a tiempo, si supieran todo lo que pasa a mi al rededor para poder escribirlos.
En fin, supongo que no tengo excusas.
Me da gusto volver a escribir y estaré, como antes, hablando de experiencias y opiniones respecto a ser mamá, mujer, escritora y lo difícil que es adaptarse a este caótico mundo.

Comentarios

Entradas populares